El jueves día 10 a las 18.30 h., el ciclo Deporte y Salud cuenta con la participación del doctor Agustín Meléndez-Ortega
El jueves día 10 a las 18.30 h., el ciclo Deporte y Salud cuenta con la participación del doctor Agustín Meléndez-Ortega.
Agustín Meléndez-Ortega, doctor en ciencias de la actividad física y deporte y filosofía, profesor emérito de la U. Politécnica de Madrid e miembro de los grupos de investigación ImFine y Exernet en actividad física y salud trató de dar luz al deterioro cognitivo propio de la vejez y su relación con la actividad física.
Aunque el envejecimiento no es una enfermedad, las indisposiciones y enfermedades son más frecuentes al envejecer. Y, en el caso del deterioro cognitivo, las demencias de tipo vascular o la enfermedad de Alzheimer son más comunes con el aumento de la edad caracterizándose por un grave deterioro en las funciones cognitiva, conductual y funcional.
Ambas, enfermedades de catastróficas no sólo para la persona que las padece sino también para entorno de familiares y cuidadoras/es que sufren un estrés tremendo.
Agustín fue claro al afirmar que “, en la actualidad, no existe cura para la enfermedad, los esfuerzos se encaminan a tratar de retrasar dentro de lo posible su aparición o moderar el deterioro progresivo para que los enfermos mantengan una mejor calidad de vida. Y parece no haber duda, que los estilos de vida saludable desempeñan una importante labor”
Una nutrición apropiada combinada con actividad física y el ejercicio regulares desempeñan un papel importante en el mantenimiento de la salud a edades avanzadas y el tratamiento de muchas enfermedades de las personas mayores. Sin embargo, ante la pregunta de si la actividad física puede reducir el riesgo de sufrir la enfermedad de Alzheimer parece que “la inactividad, que es un estilo de vida modificable, podría afectar al deterioro cognitivo y a la enfermedad de Alzheimer con lo que se ha incrementado de forma notable la investigación en este área. Evidencias recogidas de investigaciones clínicas sugieren que los estilos de vida activa y el ejercicio físico, pueden cooperar para retrasar el comienzo del deterioro cognitivo y decelerar la progresión de la enfermedad.”